El Pacto de Guisando fue un acuerdo firmado en Guisando, España, en el año 1468 entre los reyes Juan II de Aragón y Enrique IV de Castilla. Este pacto tenía como objetivo solucionar la disputa por la sucesión al trono de Castilla entre la princesa Isabel, hermana del rey Enrique IV, y el infante Alfonso, medio hermano de Isabel.
En el Pacto de Guisando, se acordó que la princesa Isabel renunciaría a sus derechos al trono en favor de su sobrina, Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV. Sin embargo, esta decisión fue controvertida y desencadenó una serie de conflictos sucesorios que finalmente llevaron a la Guerra de Sucesión Castellana.
Finalmente, los conflictos sucesorios se resolvieron con la victoria de Isabel la Católica en la Guerra de Sucesión Castellana, lo que la llevó a ser proclamada reina de Castilla en 1474. Este hecho marcó el comienzo de la unificación de España bajo el reinado de Isabel y su esposo Fernando de Aragón.
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